Corrían los años 80 cuando desde Argentina
arribaba a Chile un futbolista de cabello rubio y con sed de triunfo, su nombre
Marcelo Pablo Barticcioto Cicaré, Barti, el 7 del pueblo, un hombre que nos dio
las más grandes alegrías como hincha, que nos hizo sentir el amor a la camiseta
de Colo Colo con cada jugada, que con cada regate, cada centro, cada golazo que
convertía significaba mirarse el pecho y sentir el orgullo de ser colocolino. Quién
lo diría, un jugador argentino iba a despertar tantos sentimientos en el hincha
colocolino.
Hoy en día, no es un argentino el que mueve el
sentimiento colocolino, es chileno y más chileno que todos, representa a un
Cacique liderando a su comunidad, a su familia, la guía a una estrella, la guía
a la 30. Es cosa de ver el recibimiento del hincha en el aeropuerto con su
llegada, un rockstar, recibimiento de crack, ni siquiera Vidal y Sánchez son
recibidos con tanto cariño, es Esteban Paredes, si Paredes, el que cuando era más
criticado se giró, le metió un túnel a Hans Martínez y se la pico a Garcés,
para desatar a alegría en la Garra Blanca, en el colocolino, fue ahí cuando
apareció el Paredes del Chago, ese que todos queríamos ver.
Dos años después su esfuerzo se hizo realidad y fue nombrado capitán del más grande, liderando desde arriba el juego de un equipo que dependía en exceso de él. ¿Y qué paso? Su esfuerzo lo premio con el amor del hincha que vale más que cualquier copa. Como olvidar los goles que le convertía al archirrival, todos esos momentos en que explotaba el monumental en un grito de gol que lideraba el toqui, un grito de guerra que mandaba a todos los colocolinos a la cancha a ponerse la camiseta y a seguir convirtiéndole goles al rival. Paredes era un hombre que unía al hincha y al equipo en la cancha, hoy en día, su retorno ya está marcado, las negociaciones llegan a su fin y no existe otro club en el que Esteban quisiera jugar, quizás no reciba la 7 porque Vidangossy ya la estreno contra Audax, pero eso es lo de menos, tiene el 7 de Barti tatuado en la espalda y estoy seguro que nos dará alegrías tan grandes como las que nos dio Barti.
Dos años después su esfuerzo se hizo realidad y fue nombrado capitán del más grande, liderando desde arriba el juego de un equipo que dependía en exceso de él. ¿Y qué paso? Su esfuerzo lo premio con el amor del hincha que vale más que cualquier copa. Como olvidar los goles que le convertía al archirrival, todos esos momentos en que explotaba el monumental en un grito de gol que lideraba el toqui, un grito de guerra que mandaba a todos los colocolinos a la cancha a ponerse la camiseta y a seguir convirtiéndole goles al rival. Paredes era un hombre que unía al hincha y al equipo en la cancha, hoy en día, su retorno ya está marcado, las negociaciones llegan a su fin y no existe otro club en el que Esteban quisiera jugar, quizás no reciba la 7 porque Vidangossy ya la estreno contra Audax, pero eso es lo de menos, tiene el 7 de Barti tatuado en la espalda y estoy seguro que nos dará alegrías tan grandes como las que nos dio Barti.
Use el número que use, él es del pueblo, del
pueblo albo, saca garra de donde ya no hay, el que con su empuje y coraje
demuestra que en la cancha como el Colo Colo no hay, es el que hace cantar a
los hinchas de Arica y Magallanes y que tiene en claro que Colo Colo es ejemplo
de Valor. Hoy Paredes vuelve a su casa, con su gente que quiere gritar sus
goles y verlo levantar la copa junto a Lucho Mena, el eterno.
Para cerrar un saludo a esta página que me da
la oportunidad de expresarme como hincha, es lindo ver un espacio donde los
hinchas se puedan manifestar. Estamos todos unidos por esta causa, el club es
nuestro, lo recuperaremos.
Por Pepe Martinez Cura.
Por Pepe Martinez Cura.
Excelentes palabras... vamos con todo a conseguir la tan esquiva Estrella Nº 30!!
ResponderEliminar