Un
año más de la tragedia que enlutó al fútbol peruano y donde nació la hermandad
entre Colo Colo y Alianza de Lima.
Un
8 de diciembre de 1987, Alianza de Lima vencía
en la selva inca a Deportivo Pucallapa por 1-0 y regresaba en avión a la
capital. Sin embargo, todo cambió. Pasada las 20 horas,
se perdió todo rastro del avión. Fue un accidente en el que murieron 43
personas: 16 futbolistas, 5 miembros del cuerpo técnico, 4 dirigentes, 8
barristas, 3 árbitros y 7 tripulantes, sólo un sobreviviente, el piloto del
avión.
Colo
Colo, adiestrado en aquel entonces por Arturo Salah, y tras haberse
consagrado campeón la temporada anterior, recibió la noticia que lo hizo tomar
una decisión junto a Peter
Dragicevic, presidente de Colo Colo de aquel entonces.
El
arquero José Letelier, el defensa Parco Quiroz, el volante Francisco Huerta y
el delantero René Pinto, fueron enviados al cuadro para defender la camiseta
del cuadro peruano.
Casi
un mes después de la tragedia, los Albos viajaron a Lima para jugar un partido
amistoso con los Íntimos en Matute.
A
muchos años después de ese accidente que enlutó al fútbol peruano y mundial,
una tragedia sacó un pedazo de humanidad que sirvió para hermanar dos pueblos,
el colocolino y el Hoy en el barrio de
Matute, muy cerca del estadio de Alianza existe un muro que inmortalizó para
siempre un abrazo fraterno entre dos países: Las insignias de Colo Colo y de
Alianza Lima en aquel muro, con la frase “Un solo corazón”.