Coincidentemente, al
igual que aquel ilustre equipo que se consagró invicto en 1937 de la mano de
Arturo Torres (jugador y D.T), uno de los factores fundamentales que nos tienen
como favoritos, para conquistar el
esquivo título número 30, es la efectividad de las contrataciones.
Nombres como el de Julio Barroso, Jaime Valdés
y Esteban Paredes le han otorgado la jerarquía extraviada al equipo,
configurando la columna vertebral del mismo. Esta misma situación ocurrió hace
77 años atrás. Tres fueron los hombres claves que se adjudicó el Cacique para
romper la hegemonía que hasta ahí tenía Magallanes y Audax Italiano. Dos años
antes se incorporaron al Cacique Enrique “El Tigre” Sorrel, como puntero
derecho proveniente de Audax; y Tomás Rojas, conocido por todos como “El Rata”,
ocupando la plaza de puntero izquierdo. Finalmente en 1936 llega desde la
vereda rival de Magallanes, Arturo “Car’e Cacho” Torres. Estos jugadores fueron
los que en gran medida le devolvieron el peso extraviado a Colo Colo, que si
bien es cierto hasta ahí se mantenía como uno de los tres grandes
protagonistas, no lograba marcar la diferencia en los partidos con sus
linajudos rivales (Magallanes, Audax Italiano y Unión Española). Tampoco se
puede olvidar las asertivas incorporaciones de Arturo Carmona, desde Magallanes;
Nemesio Tamayo, de Unión Española; y Manuel e Ignacio Arancibia, identificados
con el Badminton.
Otra similitud que une
a través de la historia a ambos equipos, dice que este Colo Colo, comandado por
Héctor Tapia y a falta de 8 fechas para el término del Campeonato, se encuentra
invicto, imbatible al igual que aquel conjunto de antaño, que además amplió el
registro de invencibilidad en la gira realizada por Bolivia, en donde destacan
resultados como el 8-2 a la Selección de La Paz y el empate 3-3 frente al
poderoso cuadro brasileño de Sao Cristovao, entre otros. Esta condición invita a ilusionarse con algo
grande y el pueblo albo así lo percibe, lo que se refleja en la masiva asistencia
no tan sólo en nuestro Monumental, sino que también de Árica a Magallanes.
Para unos la historia ya
está escrita; los de ahora la están trazando. Ambos, eso sí, además de todo lo
dicho, comparten un sueño que se multiplica por millones y que recae en cada
uno de los que llevamos a Colo Colo en el corazón. ¡Vamos por la
30!
Por Eduardo Lemus.
Por Eduardo Lemus.











