Nuestro club es algo único en el mundo, y esto se debe a
una infinidad de factores, como por ejemplo nuestra historia, los colores que
nos identifican, la idiosincrasia de nuestra gente, entre muchas otras
características.
Pero lo que genera ganar un partido es muy especial. Gente
que quizás tuvo una mala semana, con problemas familiares, laborales e incluso
hasta de salud, ve que su mundo cambia totalmente cuando llega el día domingo,
ese día tan sagrado en que juega el popular. Porque uno puede tener mil
problemas, pero ver, sentir y vivir un partido de Colo-Colo dejamos todo de
lado.
Esa atmosfera que se genera en un estadio Monumental repleto,
donde no importa la clase social, ni el color de piel, ni nada, porque lo que
nos une es el grito de gol de Colo -Colo. Esa alegría desatada al festejar los
goles de un referente como Paredes, aplaudir a un jugador distinto como Vecchio,
una buena salida desde el fondo de la cancha, o una recuperación con garra en
medio campo. Apreciar la emoción en el gol del Pampa Olivi, que en más de una
ocasión tuvo que bailar con la fea, pero que las vueltas de la vida y el fútbol
le regalan un momento dedicado a su familia que lo vino a ver desde Argentina.
Es que Colo Colo paraliza el mundo de todo aquel que ama
este club. Da igual si tienes la posibilidad de ir al estadio, si estas en
alguna región de este largo país, e incluso si estas en el extranjero, donde
ninguna barrera idiomática ni cultural, te impide ver y seguir cada partido del
Cacique.
Este torneo es paso a paso y ya estamos visualizando la
próxima final que viene, visitar a Unión Española, donde de seguro la hinchada
popular ocupará todas las ubicaciones que nos den. También estoy seguro que
Riffo en la semana trabajará para poner más atención en defensa y Tapia en
seguir con la racha goleadora del equipo. Ojo que durante todo febrero Colo Colo
no sale de Santiago, ya que después de jugar contra los Hispanos, recibe a
Rangers de Talca, “visita” Palestino y termina el mes en Macul contra Cobresal.
Está todo para ir en dirección a nuestro único objetivo, ser Campeón. ¡Dale
ColoColo carajo!
Por Ignacio Ramírez.